Mano amarilla

ja!
Para nada la vida es triste. Es tan bella, por el contrario, que su luz me ciega, confunde. Acaso hay momento en los que la oscuridad es mi propia ceguera, como si en lugar de abrir los ojos los cerrará fuertemente. Pero un pequeño rayo de luz sobre un recoje-botellas en los basurales me hace sentir alegría. ¿Por qué?. Porque el tipo que recoge la basura es capaz de hacerlo sin llorar por una mancha en sus pantalones y acaso su verdadero sufrimiento sería no poder ni siquiera recoger botellas. Pues yo puedo impartirme auto-sufrimiento como si nada en la vida fuera bello, puedo!. y lo hago. Pero mucho más fácil es darme cuenta, con lagrimas en los ojos, que en realidad soy feliz y es justamente esa felicidad la que me hace sentir tanto dolor. Disfruto tanto lo que hago, cada paso de mi andar, hasta mis equivocaciones con las que luego me torturo las disfruto, disfruto escribir este parrafo y disfruto querer con locura. Mis esquivas miradas son amor puro que quiza nadie perciba o quizas todos lo hagan.
Pues te quiero en este instante, no sabes cuanto te quiero y no se si podré con tanto amor, con tanta felicidad llorosa, porque me rebasa tenerte, conocerte, vivirte. no lo entiendes? no espero que lo hagas, pues de eso no se trata. No me quejo, nunca me quejo, solo grito porque tengo derecho, porque aún soy adolescente y nunca dejare de serlo y porque soy feliz quejandome. Soy feliz observandote a mi lado, observando mis ojos dormidos, mi cara redonda, mi cabello negro y mi mano más amarilla que cualquiera que haya visto. Soy yo soy Cecilia y no Ceci, justamente porque no me gusta que me digan Cecilia y hoy lloro porque desesperadamente soy feliz.

Aún lo dudas?
ja!
no me conoces!
...
=)